lunes, 8 de diciembre de 2014

Libertades fundamentales.

     Giro mi cabeza y veo el camino recorrido, me voy alejando, los inmensos muros quedan atrás, la enorme puerta de hierro se cerró dejando en el aire ese sonido a metal.
      Los años han pasado, detrás de esas paredes dejo parte de mi vida, vida que se fue gastando de tanto añorar la libertad, libertad que perdí siendo muy joven y que nunca valoré. La vida fácil, el alcohol, las drogas, me llevaron a esta situación, no conté con una familia, ni padres contenedores, no tuve nunca un plato de comida caliente ni una mamá que me diga “te amo”. No quiero justificar mis hechos pero aquí tuve mucho tiempo para pensar, libertad de pensamiento, libertad de conciencia, libertad de expresión, son dones otorgados por alguien superior como tal debo llevarlos como estandarte en mi nueva vida, debo recuperar lo perdido, el respeto humano, el pudor, la dignidad, la vergüenza, todos esos valores que hacen a una persona de bien.
      Sé que tendré que pedir ayuda, sé que estoy marcado por el estigma de la cárcel ¿Habrá alguien que quiera ayudarme? Tendré que luchar mucho, hasta pienso que va a ser muy difícil, pero lo que sí sé, que dejaré mi vida en el intento, porque lucharé hasta el último minuto para no volver a perder mi libertad.

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