Los esposos duermen espalda con
espalda cerrando los ojos, fingiendo dormir,
aprietan los labios mintiendo mil
dolores. La noche se hace eterna, sinfonía sin fin.
Soñando con amantes, así pasan las
horas. Con broncas reprimidas magullan mil reproches.
El amor ya se ha muerto, se fue por
la ventana buscando todo aquello, que los haga vivir. Ya no tiene retorno. Ese amor ya no vuelve, murió aquella noche que se dieron la espalda, y apretaron los ojos fingiendo así dormir.